Cuando llegamos por primera vez al Hospital J. M. de los Ríos (el mayor hospital de niños del país), nos dimos cuenta que uno de los recursos que más escaseaba era el acompañamiento. Desde el 2008 hemos asistido y acompañado a miles de madres, tías y abuelas (mujeres cuidadoras) que realizan travesías desde el interior del país para asegurar el tratamiento de sus hijos, y a niños, niñas y adolescentes con patologías crónicas que sonríen y cantan frente a las adversidades. Sus historias de valentía y coraje son el ejemplo que necesitamos para continuar con nuestra labor, ellos te necesitan casi tanto como el país necesita de su sacrificio y perseverancia para salir adelante.
Después de una lucha de doce años para sobrellevar la enfermedad crónica renal de su hijo Samuel, un brote infeccioso azotó la unidad de diálisis del Hospital. De los 25 niños que recibían tratamiento, 18 fueron hospitalizados con fiebre y los mismos síntomas, Samuel entre ellos.